jueves, 2 de febrero de 2012





I
Surgimos de la sombras
Como espectro maléficos,
Despacio y en silencio
Atravesamos el umbral del día,
Tan solo y sentido el vuelo del albatros
Despidiéndose de la noche ida.
II
Quiso el día que la mañana fuese fría,
a pesar, del uniforme grueso
y el canto que animaba nuestra partida.
La helada matinal, cortaba las caras,
Endurecían las manos.
Una fina capa blanca
Por los campos se extendía.
Y me puse a pensar…
Todo esto que es tan hermoso
Dentro de poco solo será ruinas.
Seguimos caminando
Sin notar la fatiga,
El campo, espadañas, pasto y juncos lucían
Empotrado diamante
Níveo la escarcha mañanera
III
El camino zigzagueando
Por las lomas se extendía perdiéndose de vista,
Para luego surgir en otras
Y acudiñarse detrás de las rocas frías.
Ya con la mañana avanzada
y el sol en la cabeza
Se sintió la voz del mando
¡QUE SE DETENGA LA COMPANIA!
 
IV
Hoy me siento tan solo,
Aunque se que hay miles de soldados.
Se escuchan murmullos,
Que en cierto momento se callaron.
Porque no muy lejos se escucharon disparos.
Se sienten gritos, se escuchan llantos
Tengo tanto miedo que estoy rezando.
Ahí viene un amigo...
Me ha dicho, sabes, sabes Borches,
a muerto Santos.
Cuando estaré yo en la boca de algunos cuantos.
Vibra mi cuerpo, tiemblan mis manos,
Esta vez no es el frío, sino el espanto
V
¿Donde estará mi madre? la extraño tanto.
¿Donde estará mi padre?
Me levanto y camino,
me dicen ¡ALTO!
Era la voz del sargento que me mandaba al campo.
Me pesa el uniforme, se me cae el casco, tomo mi arma y salgo al tranco.
Ya estamos, ya estamos en filas,
Somos, somos unos cuantos
y gritamos, y gritamos con fuerza:
¡VIVA EL AZUL Y BLANCO, CARAJO!
 
VI
Ya no se habla de mujeres, ya no existen ni las bebidas, ni lo cigarros,
Solo se escucha la voz del mando.
Es lo último que recuerdo de aquel abril de espanto.
Se apagan los gritos, se acaban los llantos.
¡MORIRE POR TI ARGENTINA,
QUE TE QUIERO TANTO!

Borches Alcántara, Nelson Julio

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