SOLIDARIDAD Y RESPETO.
Mis respetos y solidaridad a mis Hermanos, Golpeados y mal tratados por la POLICIA FEDERAL , en El Congreso de La Nación Argentina el 1ro de Marzo de 2011.
EL SILENCIO DEL MAL
Si bien, fue Alain Rouquié, pensador Francés contemporáneo quien acuñó el término “desmalvinización” , que implica deshacer lo hecho en relación a la Guerra y adjudicó al Poder político Argentino, la característica de pertenecer y construir un laboratorio de ilusiones políticas. En objeto de posicionarlo temporalmente; solo viene a mi mente el libro 7 de la república de Platón y más precisamente, la ubicación de este gigantesco laboratorio, lo hallo en la Alegoría de las cavernas.
Así mismo, como humilde pensador entrenado y libre, abocado a La Filosofía , puedo advertir que, toda idealización sustenta de la dialéctica del iluminismo, construye un mundo complementario de ilustración, fundamentado en la conservación del mito como forma contradictoria de desmitificarse así mismo y caracterizó a la dictadura; aún en democracia perdura. Más si consideramos, que el silencio como herramienta de un poder y en uso de una razón instrumental, encubre una negación explícita a los Derechos humanos, en este caso, del Soldado Argentino y Continental por Malvinas.
Por consiguiente, debo señalar que:
La primera fase psicológica de nuestra militarización, se cumplimentó mediante la supresión de nuestro yo formador de personas, en relación a nuestra edad y en consideración, a los 18 años, ya habíamos sido declarados potenciales culpables de posibles atentados contra el sistema.
Tal es así, esta fase tuvo por objeto la apropiación de nuestras vidas, a partir de una fuerte inducción al “silencio como conducta” debimos aceptar, cual si fuésemos enfermos psíquicos, necesitados de una depuración catártica que contradictoriamente y precisamente, se basó en el silencio mismo.
Ahora bien, la segunda instancia o fase, comprendida por la instrucción para la guerra, y según, la doctrina de la seguridad nacional que ya nos había declarado enfermos; fue tal vez, la más dura si consideramos, para ese entonces la ruptura con la civilidad, requirió; depositáramos la idea del amor y los afectos en concreto en un lugar muy oscuro. Es decir, el amor dejó de tener propiedad en nuestras mentes de entre 18 y 19 años, pues fuimos inducidos a la aceptación de la muerte como única perspectiva, nos implicó en el hecho, aprender a matar o morir, a partir de la pérdida de nuestro ego como autoconservación. Pérdida, que nos impuso la identidad de tropa sujeta al fin de la guerra, y que en silencio encubrió un abuso y apropiación de personas.
No obstante, este silencio que encubre una complicidad, para con quienes fueron los ideólogos de la trasnochada aventura militar, hoy no solo se constituye como un rasgo que pertenece a un caprichoso gobierno, lo caracteriza por su negación a la sociedad abierta, sino también cuenta con “anestesistas” pagos o no, pero al fin, personajes comparables y salidos de la cueva de Platón, que por idealismos lejanos a la pertenencia de la causa, lanzan comunicados llamando a una unidad de camaradas con una clara intención de sometimiento a una comisión manejada por un solo color político.
Siendo lo peor, consiste en que son insistentes en propósito de una construcción, creen les es propia, pero que no pueden percibir en su real magnitud, porque emocionalmente siguen colaborando con el silencio inducido o como conducta.
Debemos coincidir entonces, tal vez, el silencio esté llegando a su fin en su desgraciado sentido; cuando el activismo social, se presenta en reclamo de los derechos del hombre y no en comodato con un centro político representativo de un color, si consideramos, nuestra lucha es y comprende un humanismo, a partir de ser una causa de bandera Nacional y la acción digna de respeto llevaron a cabo nuestros hermanos de la mesa Bonaerense.
Sin otro particular.
Hermógenes C. González
Dest. Expl. Cbl. 181 Esquel
RC 202 Cuerpo de Ejército V / Comando TOS.
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