miércoles, 9 de septiembre de 2020

 

El gobernador fueguino pidió cambiar un emoji de las Islas Malvinas


Gustavo Melella solicitó al Unicode que sustituya la bandera del Reino Unido con que se identifica a las islas actualmente y se la reemplace con la insignia de Tierra del Fuego.Las Islas Malvinas se encuentran bajo la jurisdicción de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, le envió una carta al organismo regulador de los emoji que aparecen en las principales aplicaciones de los teléfonos celulares y otros dispositivos para que sustituya la bandera del Reino Unido con que se identifica a las Islas Malvinas y se la reemplace con la insignia de la provincia.

Según informó el gobierno fueguino en un parte de prensa, Melella informó que remitió el reclamo a la junta directiva de Unicode, el órgano regulador de los emoticones, tras haber advertido la presencia de la "ilegítima bandera de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur" en el listado denominado "Emoji list v.13.0".

El mandatario también advirtió que si bien Unicode “ha pospuesto el lanzamiento de su versión 14.0", condicionando la recepción de nuevos “emojis”, debido a la pandemia de coronavirus, corresponde hacer notar que el archipiélago malvinense y los espacios marítimos e insulares correspondientes, “son consideradas por la República Argentina como parte integral del territorio nacional”, indicó.

Además, precisó que por “las leyes Nº 23.775 y Nº 26.552” estos territorios “se encuentran bajo la jurisdicción de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, la cual tengo el orgullo de gobernar”, aseveró.

Según difundió el gobierno fueguino, el mismo reclamo ya había sido planteado por el Consejo Asesor Observatorio Cuestión Malvinas, un organismo multisectorial de la provincia.

 

Emoji de Malvinas con bandera argentina en Whatsapp: el reclamo se hace oficial

Luego de que Whatsapp añadiera un emoji para las Islas Malvinas con la bandera utilizada por los británicos, un fuerte debate revivió la época de la guerra entre Argentina y el Reino Unido en 1982. Ahora, el gobernador argentino de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, reclamó formalmente un nuevo emoji "con la bandera de la provincia".

La contienda por las Islas Malvinas de 1982 entre británicos y argentinos revivió a principios de septiembre, esta vez a través de Whatsapp. La red social incluyó dentro de la categoría de banderas de países la de las Islas Malvinas, pero con la británica, lo que desató todo un movimiento de argentinos en contra de la disposición. 

El nuevo emoji desencadenó la creación del grupo Emoji para Malvinas, que reclama la remoción del símbolo que excluye la relación del territorio con Argentina. Ahora, al reclamo se sumó el gobernador de la provincia argentina Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Gustavo Melella.


​Melella anunció vía Twitter que ya ha reclamado al Consorcio Unicode, organización internacional sin fines de lucro encargada de estandarizar letras y caracteres en ordenadores, que se cree un nuevo emoji, esta vez con la bandera de la provincia que gobierna. 

​"Las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, son consideradas por la República Argentina como parte integral del Territorio Nacional", argumentó en el hilo de Twitter.

lunes, 7 de septiembre de 2020

 

Filmus estimó que las identificaciones en Malvinas podrían comenzar entre fines 2020 y principios 2021

El secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, valoró la "buena actitud" del gobierno británico para alcanzar el acuerdo con Argentina.

 Filmus estimó que las identificaciones en Malvinas podrían comenzar entre fines 2020 y principios 2021

La nueva etapa de identificación de soldados argentinos caídos en en la guerra de Malvinas y que se encuentran enterrados en el cementerio de Darwin podría comenzar entre fines de 2020 y el primer semestre de 2021, adelantó el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus.

El funcionario participó esta semana del canje de notas que suscribieron el canciller Felipe Solá y el embajador del Reino Unido en Argentina, Mark Kent, para avanzar en el proceso de exhumación de la tumba colectiva C.1.10.

"Hay una buena actitud del Reino Unido en continuar con la identificación y que esta cuestión quede al margen de los otros temas sobre los cuales tenemos diferencias con los británicos", remarcó Filmus y valoró la actitud de Kent para que se continué el mandato del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en la "intermediación neutral para el esclarecimiento de la identificación de los restos presentes en la referida tumba".

A su vez, el funcionario gubernamental destacó "la permanente y sincera disposición del país a reanudar el proceso negociador bilateral con el Reino Unido" y reiteró que la causa Malvinas representa para el Gobierno nacional una "política de Estado".

"Para nuestro Gobierno la soberanía de Malvinas y el Atlántico Sur debe ser una política de Estado, de igual modo que lo es avanzar con el proyecto humanitario para que todos los familiares de los soldados caídos sepan dónde están sus hijos", enfatizó el secretario.

Esta noticia también fue celebrada el viernes por el Equipo Argentino de Antrolopología Forense (EAAF) desde sus redes sociales al considerar que se trató de un "avance para seguir identificando a los soldados argentinos enterrados en el cementerio de Darwin".

Además, indicaron que van a “contribuir con trabajo y dedicación para que todas las tumbas tengan nombre” y continúe el proceso que ya lleva 115 soldados identifcados.

martes, 18 de agosto de 2020



DANIEL FILMUS: “ARGENTINA TIENE UN TERRITORIO MARÍTIMO DOS VECES MÁS GRANDE QUE EL TERRITORIO CONTINENTAL”
Así lo afirmó el actual Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur durante un encuentro de formación organizado por el Partido Justicialista de Mendoza. También destacó la importancia de dos leyes sancionadas por el congreso nacional respecto al tema Malvinas.
El Instituto de Formación Política del Partido Justicialista, realizó su tercera conferencia en el marco del curso de formación “La política internacional en tiempos de pandemia”. Esta vez, el protagonista y disertante fue Daniel Filmus, quien se desempeña frente a la secretaría de Malvinas en el ministerio de Relaciones Exteriores.
Abrió la reunión el presidente del Partido Justicialistas de Mendoza, Guillermo Carmona, refiriéndose a Filmus como “una de las figuras referenciales de nuestro movimiento político en la Argentina”. También agradeció la convocatoria y la presencia al ciclo la Secretaria de Formación del Partido Justicialista, Ana Sevilla “es un honor contar con estos invitados y con tanta participación del público que mantiene el interés en temas internacionales”. Luego fue el turno del coordinador del ciclo, el politólogo Juan Cruz Campagna quien subrayó “hemos lanzado este ciclo de formación para discutir la política internacional y los nuevos ejes de la política exterior argentina”. 
Participaron del encuentro distintos referentes del peronismo de Mendoza como los legisladores Adolfo Bermejo, Laura Soto, Carlos Sosa, Andrea Blandini y Silvia Stocco. También participó la Subsecretaria de Cooperación Internacional del Ministerio de Educación de la Nación, Marita Perceval, quien será expositora en el próximo encuentro. 
En el comienzo de su exposición Daniel Filmus destacó la sanción de dos leyes votadas por unanimidad en el congreso nacional en las últimas semanas. Una de ellas hace referencia a la demarcación del límite exterior de la Plataforma Continental Argentina y la segunda a la creación del Consejo Nacional de Asuntos Relativos a Malvinas. Sobre esto, Filmus resaltó “son hechos muy importantes, en particular por la importancia estratégica que tiene la nueva delimitación de la plataforma continental argentina”. Agregó, “hoy podemos decir con orgullo que Argentina tiene un territorio marítimo dos veces más grande que el territorio continental. Sobre todas las riquezas que hay ahí Argentina tiene una perspectiva, ya que es la zona más rica del mundo en pesca, de desarrollo y crecimiento enorme”.
El nuevo límite sobrepasa las 200 millas e incorpora al territorio nacional 1.700.000 kilómetros cuadrados
A continuación, realizó una crónica sobre los diferentes procesos que atravesaron los países latinoamericanos: “Cuando uno estudia el tema, su historia, el proceso de colonización y descolonización fue común en los países de la región, siempre se ha connotado ejes comunes en Latinoamérica. Antes de la Primera Guerra Mundial casi todos los países latinoamericanos tuvieron gobiernos desarrollistas. Luego de la Segunda Guerra podemos ver que en su mayoría tuvieron interrupciones de los procesos democráticos, hasta la década del 70. A partir de estos años casi todos los países tuvieron procesos de liberación, Allende en Chile, Perón en Argentina, todos después de estos procesos tuvieron dictaduras, apoyadas y acompañadas por EE.UU, con características diferentes, algunas más o menos sangrientas. Todas estas terminaron al mismo tiempo y dieron lugar a democracias, en la mayoría democracias débiles”. Filmus resaltó, que “todos los países de la región aplicaron luego un mismo programa económico”.
Por otra parte, explicó que a partir del 1999 todas esas democracias débiles entraron en difíciles crisis económicas y sociales que dieron lugar a que aparezcan los procesos nacionales y populares. “En este proceso de gobiernos progresistas en América Latina, en las relaciones internacionales se avanzó de forma extraordinaria. Se crearon dos organismos que no existían, sin ayuda por primera vez de EE.UU., uno de ellos es la UNASUR y el otro la CELAC. Creando una institucionalidad nueva. América latina desaprovechó, creo yo, esa posibilidad para realizar la integración económica”.
Respecto a los procesos neoliberales o de derecha que se están dando hace algunos años en Latinoamérica, el secretario de Malvinas opinó que “hoy estamos viendo la contraofensiva de los sectores neoliberales, en algunos países el cambio fue o es electoral como en Argentina, Uruguay y Chile. En otros países, por ejemplo, el caso de Ecuador en donde el presidente defrauda al electorado no cumpliendo las promesas y saliéndose del programa de su gobierno anterior. En los casos de Bolivia y Brasil podemos ver que la derecha recupera el gobierno a partir de la ruptura del proceso institucional o forzando a romper el orden institucional”.
Sobre la soberanía en las islas Malvinas, Filmus subrayó que “en los últimos años, seguramente por la posición del gobierno de Macri, nunca habíamos logrado que todos los países latinoamericanos que integran el C24 acompañen el tema Malvinas. En estos momentos hemos logrado eso. Con la conciencia de que existe una usurpación de una potencia sobre una porción de la tierra continental”.
Añadió además que “Argentina está avanzando con los acuerdos del Mercosur y la Unión Europea. Es así que el Mercosur sacó un comunicado apoyando el reclamo argentino sobre Malvinas, admitiendo que todo acuerdo con la Unión Europea en lo que respecte a legislación Malvinas, va a ser legislación argentina”.
Para finalizar, Filmus comentó que el reclamo soberano en Malvinas se transmite en las generaciones futuras: “Argentina sostiene un reclamo territorial hace 187 años, se ha transferido generación en generación este reclamo. No hay un pueblo de nuestra argentina que no tenga algún homenaje a Malvinas, ya sea monumento, plaza, calle, o tatuaje, o una bandera con las Malvinas. Está en el corazón por quienes lucharon, quienes se quedaron y quienes volvieron. Hay un compromiso general. La escuela y la familia, principalmente mantienen vivo ese compromiso”.

 

Inglés desafió a legislador fueguino: "Si querés recuperar las Malvinas, agarrá un fusil"

El legislador Sciurano mantuvo un cruce con un ciudadano inglés por la Comisión permanente relativa a Malvinas.

Fue a través de una misiva que le mandó por Facebook, luego de la iniciativa para crear la Comisión permanente relativa a Malvinas en la Legislatura provincial. "Los isleños decidirán su futuro, ni tú ni el Reino Unido", expresó lapidariamente el hombre en uno de los mensajes, que fueron escalando en beligerancia

El cruce se dio luego de que el legislador radical Federico Sciurano publicara la iniciativa presentada en la Legislatura fueguina para la creación de la Comisión permanente relativa a Malvinas.

El hombre identificado como Charles Robertson mencionó a las islas con la denominación que le da el Reino Unido y manifestó que «los isleños determinarán el futuro» de Malvinas.


Duran

martes, 18 de febrero de 2020

SOBRE HÉROES, MACHIRULOS Y PERDUELLIS
Claudia Peiró escribió en Infobae una excelente nota donde analiza los contenidos y propósitos de una diplomatura denominada “Resistencia al Neoliberalismo” que se dicta en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Como ejemplo extremo de los desatinos ideológicos de la iniciativa desarrollada en la Universidad a la que se destinan la mayor cantidad de fondos públicos, analiza un twitt de Sonia Winer, coordinadora de la diplomatura, reproduciendo otro twitt de Ernesto Alonso, ex combatiente que integra el CECIM La Plata.
Dice el twitt en cuestión: “Para abordar la cuestión Malvinas desde la educación (...) es importante para la etapa que se viene deconstruir los estereotipos del “Héroe” fundados en la lógica del patriarcado, dentro de un pacto extremadamente machista…”
Durante esta larga postguerra, los ciudadanos a quienes nos cupo la responsabilidad y el honor de combatir en defensa de nuestra Soberanía en Malvinas y demás territorios ocupados por los británicos, tuvimos que soportar sucesivas y distintas estigmatizaciones.
Como nuestra organización en centros de ex soldados combatientes se dio precipitadamente, apenas finalizado el conflicto bélico –yo me integré al Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de la Capital Federal, que nació el 26 de agosto de 1982-, tanto las Fuerzas Armadas como los incipientes partidos políticos que se re-organizaban para reemplazar a la dictadura, no supieron qué hacer con nosotros.
Ante lo incontrolable y lo desconocido, la opción más fácil fue la de calificarnos de “loquitos”, basándose en la idea que todo aquél que enfrenta la muerte en una guerra, vuelve desquiciado.
Esta manera de estigmatizarnos logró infundir temor en muchos sectores de la sociedad, incluyendo, claro está, en muchos eventuales empleadores, que ante la duda, no contrataron a quienes volvíamos de la guerra. Y que, junto a la inestabilidad económica recurrente en nuestro país, fueron factores para consolidar el desempleo crónico entre los ex soldados combatientes.
Además de este daño objetivo, material, físico, el estigma de “loquitos” funcionó como factor patogénico. Es decir, que muchos compañeros perdieron su equilibrio psicológico, emocional y espiritual, por ser tratados como enajenados. Porque cuando íbamos rumbo al campo de batalla, el grueso de la comunidad argentina nos despidió como a “soldados de la Patria”, pero a nuestro regreso, muchos sintieron la ingratitud de ser tratados como locos.
Los profesionales serios en salud mental – conozco a muchos-, saben que el proceso salud/enfermedad no se construye sólo desde el individuo, sino en la relación del individuo con los otros. En especial, cuando se trata de un fenómeno político y social, como es la guerra.
Al poco tiempo de esta primera etapa de postguerra, bajo la recomendación del politólogo francés Alain Rouquié, se comenzó a estructurar sistemáticamente la “desmalvinización”, consistente en reducir a la guerra de Malvinas como “el manotazo de ahogado de la dictadura militar para perpetuarse en el poder”, señalando a todos los militares argentinos participantes en el conflicto como a torturadores y asesinos, y a todos los soldados como a “chicos de la guerra”, es decir, a infantilizarnos.
Chicos y locos comparten la imposibilidad de emanciparse, y también, la de ser escuchados seriamente, como adultos lúcidos. Que era, justamente, lo que pretendíamos desde las organizaciones de ex soldados combatientes.
Nuestro mayor pecado, en ese entonces, es haber definido nuestros objetivos en base a: 1) recordar en forma permanente a nuestros compañeros caídos; 2) posibilitar la reinserción social de nuestros compañeros ex combatientes; 3) recuperar a las fuerzas armadas argentinas como brazo armado de la Patria, y repudiar el rol represor de su propio pueblo bajo órdenes de la oligarquía, y 4) bregar por la Unidad Latinoamericana, como único camino para recuperar nuestras Islas Malvinas.
Es obvio que la estigmatización de los ex soldados combatientes como “loquitos” o “chicos de la guerra” les vino como anillo al dedo tanto a los jerarcas militares, –que así podían descargar la responsabilidad de la derrota militar sobre la masa de jóvenes “ineptos” para el ejercicio de la Defensa Nacional-, y a la clase política emergente de la recuperación democrática, dispuesta solamente a apropiarse del botín del Estado, y no a representar a los intereses del pueblo. (Un ministro de Menem la llamó “democracia de rodillas”).
Una posición como la sostenida por nosotros ponía en serios problemas a este sistema político, y había que reducirnos al silencio y desplazarnos hacia la marginalidad.
Luego vendría una nueva estigmatización, derivada de las anteriores, y que es la caracterización como a “víctimas de la dictadura”, homologando la experiencia de la guerra contra el Reino Unido de Gran Bretaña por la defensa de nuestras Islas Malvinas, al Terrorismo de Estado. Es decir, la subsunción de la Causa de Malvinas a la problemática de los Derechos Humanos. Y aunque este “relato” resulte un disparate histórico y no resista la menor confrontación fáctica, ha resultado operativo para engatusar a miles de personas desprevenidas.
Es claro que los mayores beneficiarios de todas estas perversas caracterizaciones de los ex soldados combatientes argentinos, son los propios británicos, aunque en sus propios relatos hayan definido de manera bien distinta a sus bisoños enemigos de 1982. ¿Por qué se va a degradar el amo, teniendo tantos sirvientes para hacer el trabajo sucio?
Lo curioso, es que desde el inicio de este proceso de desmalvinización, el CECIM La Plata fue la herramienta escogida para asumir cada una de las estigmatizaciones que el sistema político y los jerarcas militares adoptaron para descalificar nuestra palabra colectiva (con los británicos detrás de escena).
Ahora, Ernesto Alonso, la cara más visible del CECIM La Plata, inventa una nueva estigmatización sobre el resto de los ex soldados combatientes. Como durante estos 38 años son una ínfima minoría quienes se pusieron el sayo de loquitos, chicos de la guerra o víctimas de la dictadura, se trata de acusarnos de “machirulos”, resabios de un sistema “extremadamente machista” que reivindica la guerra y la violencia, mientras propone “deconstruir” el estereotipo del “Héroe”.
Las reacciones a esta invención de Alonso entre los ex soldados combatientes han sido casi unánimes. Pretendo refutar con argumentos, por lo que no repetiré los insultos e imprecaciones de todo tipo.
Tampoco pretendo apelar a la medición de valentía o de cobardía desplegados en el campo de batalla; sólo sé que estoy conforme con mi humilde desempeño en la guerra. Si alguien se dejó vencer por el miedo, no lo juzgo. Pero lo que sí creo que debemos exigir, es la verdad. No el uso de un disfraz, tal como el propio Ernesto Alonso tituló una nota de su autoría, publicada días atrás en “El Cohete a la Luna”, periódico digital de su maestro Horacio Verbitsky
En su twitt, Ernesto Alonso acusa implícitamente a quienes nos sentimos orgullosos de haber peleado con honor contra los ingleses, como exaltadores de la violencia.
Lo cierto que ni nosotros, ni el pueblo argentino –y me atrevo a sostener que ni siquiera la propia dictadura en forma consciente-, quisimos ir a la guerra. Sostengo, junto a otros analistas del conflicto, que la guerra fue pensada, planificada y ejecutada por la alianza anglo-norteamericana, con el propósito estratégico de establecer una base militar de la OTAN en el Atlántico Sur.
Pero una vez en esas circunstancias, la inmensa mayoría de los que estuvimos allí, lo hicimos lo mejor que pudimos, sintiendo que estábamos defendiendo una Causa justa, más allá de la tragedia que nos rodeaba. Asimismo, la inmensa mayoría hemos aprendido a valorar la Paz como un bien superior, y una conquista para la cual hay que luchar cada día de nuestras vidas. Sabiendo que la Paz sólo puede ser verdadera, si se basa en la Justicia.
Admitiendo, también, que algunos veteranos de guerra pueden haberse enamorado de las armas, y ejercer la violencia sobre su prójimo. Que incluye, desgraciadamente, a sus compañeras de vida, sus hijos, u otros seres queridos.
Pero que ello no es parte de un sentido “gerrerista”, o derivado de un sistema “patriarcal” que exalta la violencia de manera sistemática y generalizada, es la comprobación de la diferencia entre lo ocurrido en nuestra postguerra, donde los ex soldados combatientes se quitaron la vida, y las postguerras norteamericanas, donde veteranos de guerra se parapetan como francotiradores para asesinar a decenas de sus conciudadanos.
A menos que interpretemos los suicidios entre nuestros soldados como derivaciones de un sistema machista-falocéntrico-patriarcal, y no como parte del proceso de desmalvinización que debimos sufrir en esta larga postguerra.
Lo que denota el análisis trucho y remanido de Ernesto Alonso, como corifeo de las vanguardias progresistas, es su absoluto y completo renunciamiento a su condición de ex soldado combatiente, su adscripción a un dispositivo colonial, y, como lo describe apropiadamente Claudia Peiró en su brillante análisis, “el individualismo extremo en nombre del combate al neoliberalismo individualista”.
En medio de este desierto espiritual, es lógico que Alonso, sus cómplices del CECIM La Plata y demás agentes coloniales no comprendan el empecinamiento del pueblo argentino –manifestado infinitamente en cada rincón de la Patria-, por recordar a los soldados argentinos caídos como a Héroes Nacionales.
Un Héroe no es un ser extraordinario, sino una persona ordinaria que, puesto en una situación extrema, saca lo mejor de sí para defender un bien superior. Es decir, que el Héroe es la encarnación de la Virtud. El espejo donde queremos mirarnos, para ser mejores.
Y es lógico también, que quien carece de toda Virtud, la niegue en los demás, no sólo porque no la entiende, sino porque no la soporta.
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La Desmalvinización progresista impulsada por el traidor de Ernesto Alonso .







La concepción de que reivindicar al "héroe" de
 Malvinas es una lógica patriarcal y machista,
 respaldada por la coordinadora académica de la
 Diploma tura de Resistencia al Neo liberalismo

Finalmente, en la
 cuenta de Twitter de la coordinadora
 académica de esta Diploma tura, resalta su aval al
 siguiente mensaje: “Para abordar la cuestión Malvinas
 desde la educación (...) es importante para la etapa que
 se viene de construir los estereotipos del “Héroe”
 fundados en la lógica del patriarcado, dentro de un
 pacto extremadamente machista…”

viernes, 14 de febrero de 2020


Aprobaron reconocimiento a los soldados movilizados por la guerra de Malvinas que residen en SAO

Por unanimidad el Concejo Deliberante de San Antonio Oeste aprobó una Ordenanza que dispone el reconocimiento de los vecinos del ejido de San Antonio Oeste que fueron requeridos durante la guerra de Malvinas contra Inglaterra y sus aliados, en 1982.

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La iniciativa fue impulsada por el bloque Juntos Somos Río Negro, y establece la adhesión a la ley provincial 4626 que creó el Registro Provincial de Soldados Convocados Continentales de la Gesta de Malvinas, que habiten en territorio rionegrino.
La norma, que fue girada al Poder Ejecutivo para su reglamentación, determina la apertura de un padrón en el que se podrán inscribir los conscriptos de las clases 1962 y 1963 y las anteriores prorrogadas que fueron incorporados por las Fuerzas Armadas y se domicilien en el ámbito del municipio local.
Las inscripciones deberán efectuarse en la Secretaría Legislativa del Deliberante, y que deberán presentar los siguientes requisitos:
– Datos personales
– Residencia comprobable no menor a cuatro años.
– Certificación de la fuerza armada a la cual revisitó
– Destino durante el conflicto
El registro (que no otorga ningún derecho ni aval para posteriores solicitudes vinculadas a Veteranos de Guerra), estará vigente 60 días una vez habilitado, tras lo que se enviará la información al ámbito provincial.
Entre los fundamentos, el proyecto de Ordenanza destaca la intervención de aquellos jóvenes en la conflagración bélica, tanto quienes actuaron “en el área denominada Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOASS), como aquellos que fueron alistados para defender el resto del Territorio Nacional”.
Resalta en este sentido que “los movilizados no concurrieron al combate ni estuvieron en las Islas Malvinas, pero participaron de las acciones provenientes de las fuerzas armadas cumpliendo con lo ordenado por los mandos militares, encontrándose a disposición en Continente”.
Fuente: Prensa Concejo Deliberante San Antonio Oeste

miércoles, 12 de febrero de 2020


Khunho Paolini

VALIENTES PALABRAS PRONUNCIADAS POR ABUNDA LAGULA, DE TANZANIA, AL RECIBIR EL NOBEL DE LITERATURA
Como no sé mucho de formalidades –ni pretendo saberlo– saludo y agradezco por igual a todas y todos los presentes. Es para mí un honor estar hoy aquí, delante de tanta gente distinguida, sabiendo que el mundo entero está viendo esta ceremonia. Espero, por tanto, no defraudar a nadie con estas humildes y breves palabras que, por fuerza, debo pronunciar. Si defraudo, espero que no sea demasiado. Y en el peor de los casos, si defraudo demasiado, espero sepan perdonarme. Por último, el Premio está ya otorgado, y eso demostraría que fue un error concedérmelo, como yo efectivamente pienso.
No sé si en verdad me merezco tan alto galardón. En lo personal, creo que no. Me atrevo a pensar, incluso, que efectivamente fue una equivocación. Yo, como tantas veces lo he dicho, no soy un escritor; muchos menos, un escritor genial que se merezca esta distinción.
Quiero empezar mi discurso excusándome si no puedo expresarme con toda la soltura y belleza que se esperaría lo haga un Premio Nobel de Literatura. Sucede que mi lengua materna no es el inglés, sino el suahili, idioma que hablé toda mi vida con mucha mayor propiedad, desde mi aldea natal en la selva hasta el día de hoy. Si he escrito en la lengua de Shakespeare –con todo el perdón de los clásicos puristas británicos– eso se debe a la herencia que la Reina de los Mares nos legara, a partir de la intromisión que tuvo en nuestro continente. ¿Ustedes se imaginan a la Reina de Inglaterra o al Presidente de la Cámara de los Lores hablando suahili? Yo, realmente, no. ¿Y por qué yo tengo que hablar en inglés? ¿Por qué hoy tengo que llevar este –perdónenme por el epíteto– estúpido traje negro y este –para mi gusto al menos– ridículo moño? ¿Usaría el Primer Ministro británico nuestros trajes típicos para alguna de nuestras ceremonias?
De todos modos, no quiero insistir con esta cuestión de las presentaciones: hablo en inglés, pobremente quizá, y uso un traje que me resulta incómodo. Pero no deseo extenderme en este aspecto sino excusarme, en segundo término, por mi falta de información. No podría, ni remotamente, lucirme con una parafernalia de datos sobre la historia y la situación actual de mi país: Jamhuri ya Muungano wa Tanzania –mi raza, mi continente– como lo hiciera en una ceremonia similar mi –me provoca cierto nerviosismo pronunciar la palabra– "colega", el también galardonado con este premio, el latinoamericano García Márquez. En ocasión de recibir su premio, aquí mismo, hace ya años, asombró a todos con una pieza oratoria tan llena de datos, tan rica en información, que creo le podría valer, ella misma, otro premio. No, yo no dispongo de todo ese saber. Sé que vengo de un lugar pobre, uno de los lugares más pobres del planeta, con más hambre que otra cosa, pero no podría abundar en precisiones al respecto. Ahí están los informes de Naciones Unidas para eso.
Créanme: no soy escritor, no me tengo por tal. Fui en mis años juveniles, igual que otro colega, también ganador del Nobel –Saramago, el vate portugués– cerrajero. Si fuera un lírico, un exquisito maestro de las letras como lo es él, podría decir que ese juvenil oficio me permitió, años después, abrir los cerrojos del espíritu humano. Pero no, los defraudo. Creo que sigo siendo, de alma, más cerrajero –y mecánico de automóviles, y maestro rural, como también lo he sido– que escritor.
Llegué a la literatura casi fortuitamente, nunca me preparé para eso. No estudié formalmente nunca nada ligado a las bellas artes, no asistí a taller literario alguno. Lamento decepcionarlos si esperaban otra cosa. Empecé a escribir casi como una necesidad visceral: no podía quedarme callado ante las calamidades que a diario veía en mi país, la miseria, la injusticia. Era tan horripilante todo eso –y sigue siéndolo, sin dudas– que me pareció necesario dejar constancia ante la historia de tanta monstruosidad. ¿Por qué los negros sufrimos tanto? Como no tenía cámara fotográfica ni teléfono celular para tomar fotos, y mucho menos como no podía plasmarlo en una película, pensé que tenía que escribir sobre esa realidad. De haber tenido habilidades plásticas, se los aseguro, hubiera pintado; de más está decir que no las tengo.
Como ven, entonces, no soy un inspirado por las Musas. ¿Los sigo defraudando? Simplemente me limité a poner en un papel –les aclaro que jamás he usado una computadora para escribir– lo que sentía sobre lo que veía a diario. ¿Ustedes saben lo que es comer cada dos días… con buena suerte, claro? No pretendo en absoluto ser melodramático y contarles las infamias más grandes que se puedan imaginar buscando conmoverlos y hacerles derramar una lágrima. Creo que eso es una inmoral pornografía de la miseria. Si quieren conmoverse, visiten los lugares de donde yo vengo, y que me inspiraron a escribir aquello por lo que hoy me premian.
Insisto: no sé si soy merecedor de esta tan distinguida presea. No soy un escritor bello –no estoy hablando de "mi" belleza; me considero más bien feo, de verdad. No soy un estilista, un sutil y delicado rapsoda, un mago de las palabras. Hay muchísimos que así han entendido la literatura– y yo también, en definitiva, creo que eso es el arte literario. Pero yo no soy de esos. Soy más bien rústico, torpe incluso. No pinto bellezas; hablo, simplemente, de la sufrida vida de mi gente, de mi sufrida vida.
Intuyo que se me confiere ahora este premio con un valor simbólico: un negro –¡un negro!– de uno de los países más pobres que hay. ¿No se trata de una compensación, una forma de resarcimiento? Los que han leído mi obra –que por cierto no son muchos– saben que no soy un elegante maestro del lenguaje. ¿Por qué, entonces, este galardón? Lo agradezco, claro, no dejo de estar contento; creo que es importante aceptarlo, justamente porque soy un negro de un país extremadamente pobre. ¿Pero no es un poco tardío el reconocimiento?
Les aseguro que no soy un resentido contra los blancos. Aunque no les interese saberlo –nadie me lo está preguntando– uno de mis mejores amigos en mi país es un blanco. Ustedes, los aquí presentes, la reina de Suecia, toda esta gente importante y acostumbrada a llevar estos trajes que a mí me parecen camisas de fuerza pero que, para ustedes, son algo de lo más cotidiano, todos ustedes no son los responsables directos de nuestras infinitas penurias, como negros y como pobres. ¿O si?
¿Quién es el culpable, entonces? En lo que hoy día es Tanzania se sabe que apareció el primer ser humano de la historia, hace varios millones de años, y de allí se desplazó por todo el planeta. Por lo que, permítaseme decirlo así, los blancos, rubios y de ojos celestes actuales son negros desteñidos. ¿Por qué quedamos tan atrasados? ¿Por qué hemos debido sufrir tantas tropelías? ¿Ustedes se imaginan Europa repartida desde un escritorio, o debajo de un árbol, en una reunión de los jefes africanos? La Conferencia de Berlín no fue un chiste, un invento, una quimera. Ahí repartieron mi continente, mi gente, mis recursos, como niños que reparten un pastel. ¿Lo sabían, verdad? El 26 de febrero de 1885, en Berlín, Alemania, 14 varones representantes de otros tantos países –ninguno africano, valga aclarar–, y presididos por el canciller teutón von Bismarck, sentados frente a un mapa del África jugaron a repartirse el continente.
Ustedes, se los digo con todo corazón, ustedes no son los responsables. Ustedes heredaron esa historia. Ustedes son blancos, ricos, que no saben nada de lo que es el hambre, y que hoy –¡qué bueno que así sea!– pueden tener un poco de conciencia, de vergüenza mejor dicho, y pensar en promover un símbolo como lo que en estos momentos se está consumando en esta sala: reconocer la monstruosidad que sus antepasados cometieron premiando, quizá inmerecidamente, a un negro, con un preciado trofeo internacional.
Yo se los agradezco, muy hondamente, con toda mi alma. Pero vuelvo a decirles lo mismo: quizá no soy merecedor a esto en tanto escritor. Quizá, sí, en tanto negro, en tanto pobre. Hasta ahora he sobrevivido muy magramente, con trabajitos informales o con sueldos del Estado. Ya se imaginan entonces cómo puedo haber sobrevivido. Nunca viví como escritor. Quizá ahora, devenido Premio Nobel, mi suerte cambie. No me atrevería a decir: mi próxima "buena suerte"; simplemente una suerte distinta. Quizá, como dijo otro colega –ya le perdí el miedo a esta palabra, ya empezó a gustarme–, el igualmente laureado con el Nobel, sobreviviente a los campos de concentración, y símbolo también, el húngaro Kertész, una vez obtenido ese galardón conoció la tercera dictadura, luego de la nazi y la bolchevique: la dictadura del dinero –la menos incómoda, se apresuró a aclarar. Tal vez eso me suceda: ahora llegarán los laureles, los reflectores de la prensa, los amigos que son como sombras: aquellos que lo siguen a uno solamente porque hay sol. Tal vez –yo diría que casi con seguridad así sucederá– me atosiguen con conferencias y presentaciones públicas. ¡Yo, un modesto cerrajero y maestro de escuela! ¿No es un poco desproporcionado todo esto? ¿Qué podría transmitirles yo?
Probablemente ustedes esperaban un brillante intelectual, un experto en cuestiones literarias, un profundo pensador. Pues no. Déjenme decirles que no soy eso; aunque quisiera, no podría serlo –y sigo decepcionándolos. Por otro lado –aclaración importante– no quiero serlo tampoco. Ahora ocupo un cargo medio en el Ministerio de Educación de Tanzania. No sé si realmente hago bien lo que hago, pero al menos creo mucho en lo que llevo a cabo. En mi país alrededor del 30 por ciento de la población no sabe leer ni escribir –eso se ve mucho más aún en las mujeres. Por eso, les decía, desde el Ministerio tenemos tanto que hacer por delante.
Imagínense: en un país de analfabetos, donde llegar a la escuela secundaria ya es muy difícil, y la Universidad es casi un lujo inaudito, ¿a quién le pueden importar unos cuantos cuentos sobre la miseria diaria? Allí la miseria se vive día a día, hora a hora, no es necesario leerla en un libro.
Por todo eso creo que es algo desmedido estar recibiendo el Premio Nobel hoy aquí. Podría no aceptarlo, como en su momento hizo Jean-Paul Sartre. Pero, en realidad, no me parece lo mejor proceder así. Lo acepto, siempre con la idea que no lo merezco, que hay mejores escritores que yo –y lo digo muy sinceramente; yo soy un simple juglar popular que habla de las cosas cotidianas, de la miseria cotidiana. Pero lo acepto justamente por el valor de símbolo que entiendo conlleva. Lo acepto, con una condición: que los aquí presentes tomen todos –yo ya lo tomé– el genuino compromiso de revertir la situación que vive el África.
Sí, así como oyen. ¿Los decepciono? ¿No se esperaban esto? Bueno, perdonen, pero creo que no estoy pidiendo nada fuera de lugar. ¿En nombre de qué derecho mi población, mis hermanos, fueron convertidos en esclavos? ¿Con qué derecho nos han saqueado históricamente como lo han hecho las potencias occidentales? ¿Por qué estamos condenados a ser los vencidos, los olvidados, los marginales, los miserables? ¿Por qué tenemos que vivir de las infames limosnas de la caridad internacional, siempre deficientes, siempre a destiempo? ¿Con qué derecho se nos quiere hacer pagar una inmoral, insoportable y nefasta deuda externa que ningún habitante del África ha contraído directamente? ¿Cómo olvidar los siglos de explotación, de ignominia, de degradación que nos tocó soportar, solo por ser negros? ¿Por qué estamos condenados a soportar una enfermedad como el VIH-SIDA, guerras fratricidas que nos inventan desde fuera de nuestras fronteras, saqueo inmisericorde de nuestros recursos? ¿Y si fuera cierto que pedimos que, a partir de ahora, la monarca del Reino Unido de Gran Bretaña y la Irlanda del Norte –y por qué no también sus súbditos– hablen idioma suahili? ¿Y por qué tenemos que aceptar tomar Coca Cola y comer Mc Donald's? ¿Acaso no tenemos comidas decentes en nuestros pueblos? ¿Con qué derecho se considera que "la cultura" debe tener por símbolo un Partenón griego –como es la representación de la UNESCO– y no, por ejemplo, uno de nuestros bohíos? ¿Quién nos ha hecho creer que los blancos son más "cultos" que los negros? ¿Por qué los negros estamos condenados, si bien nos va, a ser deportistas profesionales? –los gladiadores modernos para el circo contemporáneo. ¿Acaso los negros no podemos ser más que delincuentes cuando habitamos en el mundo de los blancos? ¿Es ese nuestro destino? ¿Inmigrantes ilegales, ladrones, barrios marginales?
Acepto su blanco premio, señoras y señores, sólo a condición que ustedes reconozcan en público, aquí, delante de todas estas cámaras de televisión, que con un Premio Nobel dado a un negrito no se está resarciendo una mierda la infamia histórica, el despojo descomunal y la injusticia infinita que se ha cometido en contra de nuestros pueblos.
Acepto este blanco premio, no diré manchado de sangre, pero sí condicionado por sus asquerosos billetes de bancos occidentales, sólo a condición que quede claro que esto es un inicio –algo payasesco por cierto– de un proceso de reparación que debe llevar años, siglos quizá. ¿Quién nos va a devolver los bosques desaparecidos? ¿Quién, cómo y cuándo va a pedirnos perdón por la esclavitud a que nos forzaron? ¿Creen ustedes, por casualidad, que este premio remedia algo? ¡Ni mierda! Pero lo acepto de todos modos. Muchas gracias.

Derechos Humanos

Guerra de Malvinas: Imputaron a militares por abusos a soldados en cuarteles de Santa Cruz

Un juez de Río Gallegos acusó a tres militares de torturar a tres conscriptos en 1982.

El juez federal subrogante de Río Gallegos Javier Leal de Ibarra ordenó el procesamiento sin prisión preventiva de dos militares a los que se acusa haber impuesto "privaciones ilegítimas de la libertad, vejaciones y apremios ilegales", usar armas de fuego y cometer de "abuso de autoridad, empleando violencias y amenazas" contra tres soldados conscriptos que estaban en Puerto San Julián en plena guerra de Malvinas, en 1982, y que no cruzaron al archipiélago.
Los militares acusados y embargados cada uno por 500.000 pesos son Reynaldo José Pascuzzi, teniente primero al momento de producirse los hechos, y hoy con residencia en Resistencia, Chaco; y el entonces capitán Carlos María Alemán Urquiza, domiciliado en la ciudad de Corrientes. Las víctimas son Hugo Vicente Sandoval, Eulogio Epifanio Contrera y Ernesto Raúl Sánchez.